NAVEGA MAR ADENTRO
(P. Carlos Buela, Directorio de Espiritualidad, IVE, n° 216)
¡Mar adentro!, lejos de la orilla y de la tierra firme de los pensamientos meramente humanos, calculadores y fríos,... donde el agua bulle, el corazón late a
prisa, donde el alma conoce celestiales embriagueces y gozos fascinantes.
Navegar mar adentro es tomar en serio, a fondo, las exigencias del Evangelio: ve, vende todo lo que tienes... (Mt 19,21), es el ansia de nuestro corazón
inquieto, que anhela poseer el Infinito, es el ímpetu de los santos y de los mártires, que lo dieron todo por Dios.
Es lo propio de los pescadores: hombres humildes, laboriosos, que no temen los peligros, vigilantes, pacientes en las prolongadas vigilias, constantes en
repetir sus salidas al mar, prudentes para sacar los peces, curtidos por la sal y por el sol.
Es disponerse a morir, como el grano de trigo, para ver a Cristo en todas las cosas.
Por ello, hacemos nuestras las ardientes palabras del Beato Luis Orione: “Quien no quiera ser apóstol que salga de la Congregación: hoy, quien no es apóstol de
Jesucristo y de la
Iglesia, es apóstata” ن♡